lunes, 3 de agosto de 2009

EL PALEOLITICO

PALEOLÍTICO

El paleolítico, que constituye casi el 99% del registro arqueológico mundial, fue subdividido en tres grandes fases sucesivas: paleolítico inferior, medio y superior.

Venus de Willendorf
La Venus de Willendorf data de los años 30.000-25.000 a.C. y es la primera escultura que se conoce en la historia del hombre. La figura, labrada en piedra caliza, mide poco más de 11 cm de altura y representa una diosa de la fertilidad.


El paleolítico inferior cubre un vasto periodo que se inicia con los primeros útiles líticos reconocibles hallados en yacimientos de Etiopía, fechados hace unos 2,5 millones de años. No obstante, los primeros seres humanos debieron haber usado útiles mucho antes de esa fecha. Los que fueron fabricados con materiales orgánicos se han desintegrado y los de piedra sin trabajar son irreconocibles como instrumentos. Los útiles tallados a partir de piedras son los únicos que permiten ser reconocidos como tales. Los instrumentos líticos más simples reciben el nombre de choppers (cantos trabajados monofaciales) y chopping tools (cantos bifaciales) que constituyen la denominada cultura de los cantos trabajados, propia del Homo habilis. Fueron tallados mediante percutores con la intencionalidad de crear una serie de útiles rudimentarios apuntados o con filos por una sola cara, empleados para cortar, perforar o raer. A veces se denominan instrumentos olduvainenses, por los hallazgos de la garganta de Olduvai (Tanzania), donde se han descubierto numerosos restos de presencia humana que constituyen los testimonios de la tecnología más antigua y duradera de la humanidad, ya que permanecieron en uso durante millones de años. El filo de un útil de sílex o cuarzo es extremadamente cortante; se puede romper o embotar, pero a su vez puede ser retallado o simplemente desechado para reemplazarlo fácilmente por otro instrumento, dada la disponibilidad de piedra apropiada. El siguiente paso fue el tallado de bifaces, trabajando bloques seleccionados de piedra por ambas caras hasta darle la forma deseada, en ocasiones muy sofisticada, como la del bifaz simétrico y piriforme, encontrado en grandes cantidades en el Viejo Mundo, que fue probablemente un instrumento multiusos (presentaba un largo filo puntiagudo y cortante y un extremo engrosado a modo de cabeza de martillo). Estos bifaces hicieron su aparición durante la existencia del Homo erectus (antepasado directo del Homo sapiens), del que se han encontrado restos desde el sur de África hasta el Sureste asiático y que abarca un periodo iniciado hace 1,8 millones de años y que se extendió hasta hace unos pocos centenares de miles de años (véase Evolución humana). Los bifaces debieron ser, por tanto, unos útiles prácticos y eficientes. El achelense constituyó una de las etapas más importantes del paleolítico inferior, aunque no fue una etapa uniforme. Recibió tal nombre del yacimiento de Saint-Acheul (norte de Francia), caracterizado por la presencia de bifaces, hendedores y triedros. La denominada técnica levallois supuso un notable avance; apareció en diferentes lugares y fechas durante este periodo, probablemente de forma espontánea y no por aculturación. Se denominó así por el yacimiento homónimo localizado en Francia. Esta técnica consistía en trabajar un núcleo de sílex de grano fino, de tal forma que se obtuvieran fragmentos denominados lascas, grandes, planas y con filos cortantes, de tamaños y formas preconcebidas; pero fue en el paleolítico medio cuando alcanzó su máximo desarrollo. El paleolítico inferior comenzó en Europa a inicios del cuaternario y finalizó con la aparición del hombre de Neandertal hace 120.000 años.

Punta Clovis
Esta fotografía da muestra del tamaño de una de las llamadas puntas Clovis, con una antigüedad que se remonta incluso al 11500 a.C. El yacimiento en el que se han hallado restos como el de la imagen se encuentra cerca del lugar que ha dado nombre a esa cultura paleolítica: Clovis, en el este de lo que hoy en día es Nuevo México, en Estados Unidos. Esta punta es uno de los elementos más característicos de la cultura Clovis y se trata de un proyectil de sílex empleado para la caza de grandes animales. Dicha manifestación cultural se extendió por casi toda Norteamérica, especialmente sobre la zona central y suroccidental, pero es probable que también alcanzara Centroamérica.


El paleolítico medio es un periodo mal definido que comenzó en distintas fechas según las zonas. Está identificado con el llamado tecnocomplejo musteriense (nombre derivado del abrigo rocoso de Le Moustier, al suroeste de Francia), que se extendió desde hace 180.000 hasta hace 40.000 años, y coincidió ampliamente con la presencia de los neandertales. El musteriense se caracterizó por el desarrollo y perfeccionamiento de los útiles ya conocidos, los cuales redujeron su tamaño, y la fabricación de objetos sobre lascas: puntas, raederas y bifaces. Este periodo es denominado en África edad media de piedra y abarca desde hace 150.000 años hasta hace 30.000 años. En ese continente no se han localizado bifaces pero sí se han encontrado ensamblados diversos útiles de pequeño tamaño, denominados microlitos. Algunos de estos ensamblajes están asociados a restos humanos anatómicamente modernos.

El paleolítico superior europeo corresponde ya a la presencia del hombre moderno y está asociado a una amplia variedad de útiles de piedra, hueso, cornamenta y marfil, incluidos propulsores, arpones y agujas. El utillaje lítico de este periodo comprende una extensa variedad de instrumentos muy especializados (leznas, raspadores, grabadores) realizados principalmente sobre hojas y láminas (esto es, lascas largas, estrechas, delgadas y con filos paralelos, extraídas probablemente de un nódulo golpeado con un punzón y percutor, más que de forma directa con un martillo). El paleolítico superior en Europa está dividido en tres grandes etapas: el auriñaciense y perigordiense; el solutrense y el magdaleniense. En España se observan diferencias entre la región cantábrica y la zona levantina. Algunas fases están asociadas a magníficos ejemplares de útiles líticos. En el sur de Europa, durante el solutrense, se fabricaron puntas planas y delgadas en forma de hoja, trabajadas por ambas caras. En el hemisferio norte, el paleolítico superior acabó hace unos 10.500 años con el fin de la glaciación. En África este periodo recibe el nombre de edad de la piedra final y se extendió hasta la edad del hierro (pocos siglos antes o después de Cristo, según las diversas zonas) o incluso hasta tiempos históricos, incorporándose de este modo a lo que en el Viejo Mundo se denomina neolítico. En América, la etapa más antigua de presencia humana es llamada periodo paleoindio, que comenzó hace 15.000 años (algunos autores remontan su inicio hasta hace unos 50.000) y concluyó hacia el 5000 a.C. aproximadamente. Está caracterizado por una serie de puntas cuidadosamente talladas en piedra como las puntas Clovis y Folsom en el norte y las puntas de cola de pez en el sur.

Un hecho destacado es que la perdurabilidad del utillaje lítico en el paleolítico es muy engañosa. Llega hasta nosotros gracias a su naturaleza pétrea y su abundancia no refleja necesariamente su importancia. Se han llevado a cabo estudios de cómo y por qué los pueblos primitivos actuales emplean los útiles líticos, además de análisis microscópicos que han permitido comparar modos de utilización y las huellas de uso en el utillaje prehistórico con los actuales, utilizados para funciones específicas con y sobre diversos materiales. Todas estas investigaciones han sugerido que muchos de estos instrumentos fueron utilizados para obtener y trabajar materiales orgánicos y que el empleo de la madera fue de enorme importancia en el utillaje paleolítico. Han pervivido hasta nuestros días pocos objetos de madera correspondientes al paleolítico inferior y medio, como es el caso de un par de puntas de lanza y un receptáculo en Europa y una delgada placa cuidadosamente fabricada, en Japón.


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